En cualquier caso, por fin conseguí hacerme con una taza y un rotulador especial para poder trastear un poco. El objetivo: intentar decorar la taza con un dibujo sin destrozarla. Y es que dibujar a mano alzada sobre una superficie no plana tiene lo suyo.
Al ser mi primera taza dibujada por mí misma a mano, tenía claro que el dibujo tenía que ser una tortuga. No porque las tortugas me encantan, sino porque me gustan tanto que hago muchos dibujos de ellas y es algo que más o menos me sale sólo. Digamos que es un valor seguro.
Además, hace poco hice este dibujo de tortuga que me encanta y que me ha servido de inspiración.
Quizás hayáis visto el dibu por Facebook o Twitter :)
Para no liarla mucho, primero esbocé el dibujo con un lápiz de grafito. En seguida me di cuenta de que no iba a ser tarea fácil esto de dibujar sobre una superficie que no es madera o papel. Una vez que tuve el dibujo esbozado llegaba la parte que más miedo me daba: repasarlo con el rotulador especial para cerámica. Lo hice tan despacio que se nota que el trazo no es suelto, pero, para ser mi primer dibu en taza, le doy el aprobado :)
Si os fijáis en las fotos veréis lo que os comentaba: los trazos de lápiz por debajo y que no tengo muy buen pulso! :)
Al final decidí pintarle el caparazón para que no quedase la taza tan blanquita.
Después, dejar secar durante un día y hornear durante 45 minutos y et voilá!
¿Os gusta mi nueva taza?
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